Sant Jordi es un día muy especial en Catalunya y también lo es para mi. Uno de mis días favoritos del año sin duda, junto con algunos cumpleaños y el día de Navidad.
Aunque este año ha sido una experiencia muy estresante: día récord de participación tanto de stands como de público, récord en venta de rosas y supongo que cuando den las estadísticas oficiales de ventas de libros, también será de récord.
Que ese día coincida que sea domingo, con buenas temperaturas, con dos ediciones anteriores desastrosas (Covid por un lado y una tormenta que destrozo stands y libros por igual en otra ocasión), además de la final del torneo de tenis de Barcelona y partido del Barça a las 16h de la tarde, convirtió todo el centro de la ciudad en un hormiguero en el que apenas te podías mover.
Menos mal, que la compra de libros se hizo el día anterior. El mismo día de Sant Jordi mi visita a un stand duró aproximadamente 3 minutos y salí huyendo: era imposible ver u ojear nada.
Lo mágico de ese día es el ambiente: ver a la gente sonreír e ir ilusionada a comprar un libro o una rosa, las calles llenas, todo el mundo parece estar de buen humor y se nota que ese día es especial, diferente y muy bonito.
Así que no me importo mucho el hecho que no pudiera estar chafardeando por los stands, porque todo lo demás lo compensaba.
Entonces, ¿por qué decir que fue un día fructífero? Pues porqué yo pedí mi libro a mi pareja pero luego me autoregalé otros cuantos. Y el resultado es mi increíblemente humilde biblioteca musical:
Realmente compro más libros de los que puedo leer hoy en día, pero no puedo evitarlo comprar un libro cuando me gusta y siempre me digo a mi mismo “llegará un día que lo podré leer, sin duda”.
En realidad, no todos fueron comprados en este Sant Jordi. Mi libro de ese día fue el del escritor Steven Hyden “Esto no está pasando” que se subtitula “El Kid A de Radiohead y el comienzo del siglo XXI” y por mi parte yo me regalé “The label machine” de Nick Sadler, que sería un manual práctico para poner en marcha tu propio sello musical y “The creative act” del productor musical Rick Rubin, que no habla exclusivamente de música, sino del proceso creativo en sí y como encontrarlo en ti.
En el resto de la imagen destacan los clásicos “Musicofilia”, del neurólogo Oliver Sacks donde habla de experiencias personales de pacientes que tuvieron algún tipo de experiencia sensorial con la música a raíz de accidentes o trastornos y los dos tomos del que para mi es el mejor libro sobre música electrónica que se ha escrito en España: Loops 1 & 2.
A esa mini-biblioteca se le añaden 2 títulos más que no aparecen en la imagen: la “biblia” titulada “Historia de la música occidental” (1408 páginas en su última edición revisada)
Y luego el libro que inició la mini-biblioteca:
El libro se lee solo, es muy ameno e interesante y describe la historia del DJ desde los primeros soundsystems jamaicanos. Muy, muy recomendable. El único “pero” es que la edición tiene muchos errores tipográficos y ortográficos que estoy seguro que en las siguientes ediciones serán corregidos.
Pero volvamos a la primera imagen para destacar a un autor que sobresale en ese listado: Ted Gioia. El sr. Gioia es un destacado escritor y divulgador musical al que recientemente he descubierto y que me encanta.
Podéis descubrir más de él en otro Substack que escribe y que es altamente recomendable:
Escribe en inglés y la mayoría de sus artículos son gratuitos, incluso su último libro que lo está editando por capítulos en Substack. Si quieres apoyarle, la suscripción anual tiene un coste de 50$.
Otros escritores que editan en Substack y a los que sigo, son los dos periodistas de música electrónica Philip Sherburne y Shawn Reynaldo, ambos ubicados en Barcelona y escribiendo en inglés.
Y hasta aquí mis recomendaciones literarias. Espero que podáis disfrutarlas tanto como yo.