Justamente en este 2022, hace 25 años que salío a la luz el que sea probablemente el álbum más famoso de Radiohead. Fue en junio de 1997 y sólo faltaban 6 meses para mi mayoría de edad.
OK Computer me hizo petar la cabeza con sus videos (MTV era una influencia importante por entonces en mi vida musical) y sus melodías. “Paranoid Android”, “Karma Police”, “No surprises”y “Lucky” fueron lanzadas como singles, aunque sólo las 3 primeras tuvieron videoclip.
Se podría decir que es un disco de pop-rock, donde poco a poco se introduce un componente electrónico que finalmente se impondría en su siguiente álbum: “Kid A”.
Yo que venía de discos de brit-pop como “Parklife” de Blur o “(What’s the story) Morning glory?” de Oasis o empezaba a sentirme atraído por la música electrónica (más allá de la de baile que escuchaba en las discotecas) con el “Protection” de los Massive Attack, “OK Computer” era un paso natural en mi evolución musical.
Pero no sabía lo que se me venía encima.
Mi carácter es extrovertido y soy optimista por naturaleza, pero la melancolía es uno de los sentimientos en los que me siento más cómodo. Para mí, no es un lugar triste donde “cualquier tiempo pasado fue mejor” sino donde disfruto de mis recuerdos mejores o peores y me doy cuenta por donde he pasado para llegar a donde estoy. Es como un paseo por mis experiencias.
Y para mí, “OK Computer” es un disco que despierta mi melancolía. Me resulta cómodo de escuchar. Obviamente, la calidad del disco, sus melodías y todas y cada una de las canciones me tienen enganchado.
“Airbag” ya empieza con un riff de guitarra y sigue con un ritmo de batería que suena agudo pero con el sonido acolchado, como lejano. Por debajo, tienes una línea de bajo que suena como contrapunto de la otra línea de guitarra que acompaña a la voz. También suenan algunos efectos: algunos riffs alterados de guitarra, la voz de Thom Yorke como su propio coro, otros efectos electrónicos y una especie de campanillas de los renos de Papá Noel que suenan TODA la canción. Y la primera estrofa ya dice “In the next world war…” (En la siguiente guerra mundial…). Empezamos fuerte.
Es equilibrada conceptualmente hablando: ritmo estable, pocas oscilaciones vocales versus algunas florituras de la guitarra. El bajo sólo suena en ocasiones. La letra no es muy alegre pero la música no es dura. Es cómo si te dijera: va mal la cosa, pero no del todo o la cosa va bien, pero no del todo. Vamos que no sabes si el vaso está medio lleno o medio vacio. Eso lo decides tú cuando la escuchas.
“Paranoid Android”: para mí, tiene una de las intros más reconocibles que hay. Es una canción a 4 fases: A) ¿qué me está pasando? B) Me cago en todo C) Estoy mal y esto ya lo arreglará alguien D) Descontrol. Es excepcional que quepa todo esto en 6:27 minutos.
La intro es suave, con un guitarra acústica y otra eléctrica que le da otra melodía. Hay un juego entre el bajo y una melodía deformada de una guitarra. El bombo apenas suena, al fondo suenan unas baquetas…
De repente todo cambia (adiós baquetas) y empieza un riff de guitarra que gana todo el protagonismo. Sale toda la rabia: “Why don’t you remember my name?””Off with his head, man”.
Y vuelve a cambiar todo con un coro a 3 voces, acompañado por una guitarra. Todo muy épico. La voz de Yorke es replicada y canta mientras suena su propia voz de fondo. Como en una iglesia: “Rain down on me, from a great height” o “God loves his children”
Y vuelven los riffs que arrasan con todo de nuevo.
Maravilla.
“Subterranean homesick alien”: si en la anterior canción una voz robótica dice “I may be paranoid, but not an android” en esta canción se hace referencia a los marcianos y a que sus amigos no le creen y parece ser que ha perdido la cabeza. Incluso lo han invitado a su nave y le han enseñado el mundo “como me gustaría verlo”. Personalmente no es una canción que me resulte excepcional pero con su melodía pseudo-bluesera le abre la puerta a la siguiente que es la más triste de todo el LP.
“Exit music (for a film)” es una balada cruda, desnuda: unos pocos acordes de guitarra que se van repitiendo en bucle y una voz apenas entonada, que da paso a un coro artificioso que modula la melodía y le da profundidad.
El coro da paso a un sonido de fondo alterado, como el de un disco que se reprodujese al revés y a la vez suenan unas voces como si estuviesen grabadas en la calle, muy del estilo field recording.
Entonces, a mitad de la canción, suenan unos charles y entra la batería que luego ve su ritmo acompañado por un teclado deformado y una guitarra con un punteo muy rápido. Y vuelve el coro. Hemos pasado de la pena a la rabia. Y luego, el ritmo va bajando y, progresivamente, todas esas capas de sonido van desapareciendo hasta quedar de nuevo únicamente la voz, la guitarra y los efectos del disco al revés y del field recording.
Es triste y melancólica. Y es rabia desatada. Es una canción sobre una huida hacia adelante. ¿Podría ser una metáfora de nuestra sociedad? ¿Es una historia de amor desgraciada de dos amantes que huyen?
La canción fue utilizada en la versión de Baz Luhrmann de “Romeo y Julieta”, por lo que encaja muy bien en la segunda versión. La curiosidad viene cuando el grupo no permitió que incluyesen la canción en la BSO de la película, ya que “OK Computer” sería lanzado 7 meses más tarde y no querían hacer ningún spoiler.
“Let down”: cuando todavía no hemos llegado a mitad del disco, el grupo nos presenta una canción que da el contrapunto a la anterior, musicalmente hablando: empieza con un vibráfono y una guitarra, suena clara y luminosa: al contrario que la anterior. Pero que la melodía no nos engañe, porqué habla de una decepción. De la decepción de la vida actual y de como se siente una parte de la sociedad actual: enjaulada, con un ritmo devastador, engañada por el espejismo de una vida mejor que se nos prometió y que cada vez va a peor, pero que disfrazamos y que cuando nos preguntan como va, nosotros respondemos automáticamente “bien”. Esta la canción es la representación de la vida interior y como la exteriorizamos. Como la sonrisa del payaso triste.
Casi al final de la canción se produce el momento de máxima plenitud de la canción con todos los instrumentos arriba y la voz de Yorke sonando en primer y segundo plano, haciéndose su propio coro para conseguir el punto más emotivo del tema.
“Karma police”: titular a una canción “La policía del karma” me parece una genialidad y te abre todo un universo por explorar, como la policía del pensamiento en el libro “1984”.
Es una de las canciones más conocidas del disco, por no decir la que más. El piano, la guitarra y la voz de Yorke son los instrumentos que más predominan y el resultado es genial. Es una canción que no envejece y sigue sonando fresca y cañera. La melodía es fácilmente reconocible y el ritmo es fácil de llevar y también de cantar. Sólo por esta canción ya vale la pena comprar el álbum.
“Fitter happier”: quizá llamarla canción sería darle demasiada relevancia. En realidad es una voz robótica (hecha con un sintetizador de voz), encima de un piano y varios efectos sonoros que acompañan a la narración. Pero la letra es el compendio de los gurús del siglo XX: ser más feliz, estar más en forma, llevar una vida plena, ser más productivo (como un cerdo hasta arriba de antibióticos), comer bien, tener un coche más seguro…La presión social, la hipocresía y la propaganda como filosofía de vida y en la que todo finaliza en un arrebato de paranoia. Son ideas y visiones sueltas, puestas una detrás de otra y que parece un listado de como debería ser nuestra vida. Y la vida que describe es terrorificamente suburbana y vendida como el paradigma de la felicidad hacia fuera y el vacío hacia dentro.
“Electioneering”: y seguimos con las reivindicaciones políticas por parte de la banda. Es una canción rápida, ruidosa, con mucha guitarra y con percusión intensa. “Electioneering” es una palabra inventada que une las palabras “Election" (elecciones) y “Engineering” (ingeniería) y se vendría a traducir como “Ingeniería de elecciones”, lo que no deja de ser el eufemismo de “fraude electoral” o el muy usado término de “tongo”.
En la letra de la canción pueden escucharse versos como “I trust I can rely on your vote” (Confío en que puedo fiarme de tu voto), “Cattle prods and the IMF” (productos derivados del ganado y el Fondo Monetario Internacional) y “when I go forwards, you go backwards”. Todo el contenido es político y tiene que ver con la globalización, la injusticia global económica y el trato de “ganado” que tenemos los votantes y la sociedad en general y donde somos guiados para hacer lo que otros quieren. Es muy destacable que a partir del segundo 19 y hasta el final de la canción suena un cencerro golpeado, como para remarcar la idea de que somos “ganado”.
Existe una teoría donde el verso “when I go forwards, you go backwards”se refiere al “paso adelante” que hace el votante para solicitar y dar la confianza con su voto, versus el “paso atrás” que hace el político cuando tiene ese voto y no cumple sus promesas electorales.
Musicalmente, ese verso se ve reflejado en la guitarra ya que cuando canta “you move forwards” hay un riff muy rápido de fondo que suena “hacia delante” y cuando canta “you move backwards” suena el mismo riff tocando con las mismas notas pero en reverso. Muy ingenioso.
“Climbing up the walls”: se trata de otra canción rockera del grupo, curiosamente acompañada de cuerdas que le da un empaque profundo y épico, pero que es difícil de distinguir en la primera escucha. También es verdad que no suenan durante toda ella. El adjetivo que me gusta usar para este tema es el de inquietante: el ritmo que usa, juntamente con los efectos sonoros y la voz de Yorke, la hacen misteriosa e incómoda.
La primera parte de la canción es monótona pero cuando falta menos de la mitad, las guitarras y las cuerdas vuelven a tomar mucho protagonismo para llegar al punto álgido de la canción.
La letra es igual de molesta y parece que trata de la eterna vigilancia a la que estamos sometidos (“And either way you turn, I'll be there /Open up your skull, I'll be there”: hacia cualquier lado que gires, allí estaré / Abre tu cráneo, allí estaré) y de cierta obsesión por la seguridad especialmente en casa.
“No surprises”: es el contraste a la canción anterior y esta no podría ser más acentuado, ya que venimos de una canción rockera y ruidosa y el inicio de de esta es como el de una canción infantil. Y parece que trata de la rendición, del ya no poder más, del “ya me he cansado de aguantar tanto gilipollas y lo que quiero es descansar”., el hartazgo y el que me dejen en paz. Y, sin embargo, es bella.
El uso del Glockenspiel es intenso y es la primera canción del álbum que te da un respiro para que descanses y decirte que todo tiene un límite y que no podemos estar 24/7 dándole a todo. “No alarms and no surprises / Silence” (Sin alarmas y sin sorpresas / Silencio”. Es un grito desesperado para descansar de nuestra propia actividad.
“Lucky”: empieza lenta y llega a ser gloriosa. Quizá es la letra que más fácil me resulta cantar de todas. Tiene un equilibrio maravilloso entre la parte más acústica y la más rockera. Los versos más importantes coinciden con los subidones más importantes, las guitarras son protagonistas y un coro colocado en su lugar adecuado hace que todo suene catedralício.
Una canción de corte melancólico para un tipo cantando “It’s gonna be a glorious day / I feel my luck could change” (Va a ser un día glorioso / Siento que mi suerte podría cambiar”.
Y con “The tourist” llegamos al último corte del álbum, y creo que todos nos podríamos ver reflejados de alguna manera en ella. Sino lo hacemos como “el turista”, lo haremos como nuestro yo de cada día. Habla de nuestra velocidad, de tomarnos las cosas con calma y del ritmo inhumano que nos envuelve. Es hora de calmarnos con un “hey man, slow down” (vamos hombre, tranquilízate).
En resumen: es un álbum influido por la época post-grunge y del brit-pop, por la globalización y el efecto 2000 y de las posibilidades que empezaba a abrir la inclusión de la electrónica en grupos mainstream y que estuviesen dispuestos a explorar nuevos caminos. Es un álbum que puede sintetizar una década entera musical, política y tecnologicamente hablando, no sólo por sus uso, sino por las consecuencias que ya estaba teniendo por entonces.
Es un disco que si no entiendes ni una sola palabra, es maravilloso y cuando llegas a entender lo que propone y sus recovecos, te parece una obra maestra. Este álbum sigue sonando fresco y se considera uno de los mejores de toda la historia.
No te cansarás de escucharlo. Palabra.
Ciertamente un disco que me voló la cabeza, aunque yo lo descubrí bastante más tarde. La versión de Brad Mehldau de Exit Music fue una revelación musical (la conocí antes que el original), y una de las razones por las que acabé en la música.
A mí me impactó mucho porque tenía 15 años cuando lo escuché por primera vez y lo recuerdo como uno de mis primeros discos favoritos. 30 años más tarde lo sigo disfrutando igual. No sabía que Mehldau había hecho una versión de Exit Music, la buscaré. Gracias por tu comentario y que vaya muy bien!